Puede parecer que cuando escribo me pongo serio, sincero; pero no es oro todo lo que reluce.
Al principio de los tiempos escribía mis reflexiones sobre un papel que luego abandonaba, ahora los guardo y, algunos, si tengo la oportunidad, los muestro. Creo que la primera vez que compartí algo de lo que escribía, fue en un curso donde daba unas ideas de como escuchar jazz, textos que enviaba por mail a unos cuantos amigos y amigas, en estas que hubo alguien que me dijo que molaría que lo colgase en un blog, y lo hice, no exactamente el curso de jazz, sino un espacio donde proponía música en general y otro donde publicaba historias inventadas (ocasionalmente, alguna crítica social y otras cosicas). Más tarde me ofrecieron publicar alguna de las historias en algún medio y estando en Valdeltormo me dieron la oportunidad de hacerlo de continuo en La Comarca cada segundo y tercer martes de mes.
Cuando escribo para este espacio, lo hago para dejar, en muchos casos, una crítica sobre cosas que me preocupan o dejar constancia de algo que conozco bien. Me gusta regalar cosas inmateriales, que son las que considero importantes, y hoy, os voy a dar algo que podréis digerir gustosamente.
La caponata es un plato típicamente siciliano, os dejo la variante que inventó Antonio Carluccio.
Para 4 personas: 300 g de setas variadas, 2 berenjenas no demasiado grandes a dados, 1 guindilla fresca picada, 8 dientes de ajos picados, 2 cucharadas de vinagre, 3 cucharadas de apio fresco picado, 2 de perejil fresco picado, 1 cucharada de azúcar. Limpiar las setas, si son muy grandes, cortarlas. Freir la berenjena, escurrir y reservar. Rehogar la guindilla y el ajo, cuando huela bien, añadir las setas, saltearlas hasta que casi estén y agregar la berenjena, el vinagre, el apio, el perejil y el azúcar. Cocinar 10 minutos, salpimentar al final. Se puede servir en una tostada o como guarnición de pescado o carne.
Es mejor, si puedes, elaborarla con setas silvestres, en los bosques de nuestra zona he localizado 8 variedades comestibles de buen nivel y de fácil reconocimiento, aunque sale muy rica, también, con setas de cultivo, o mezclando las cultivadas con las silvestres o con setas deshidratadas.
“En Italia hay por lo menos tres millones de chefs con estrella Michelin. Son todas amas de casa”. Antonio Carluccio.